Deily Gómez, una mujer inspiradora en el mundo del arbitraje de fútbol en Costa Rica, cuenta su historia de perseverancia y pasión por el deporte, a pesar de las barreras y dificultades que enfrentó en su infancia y adolescencia, nunca perdió su amor por el fútbol.
Para Deily, el arbitraje es una tarea difícil, pero se esfuerza cada día para demostrarse a sí misma que puede hacerlo bien y alcanzar sus sueños.
Desde pequeña, Deily sintió pasión por el fútbol, pero como mujer en una zona rural de Guanacaste, no tenía muchas oportunidades y permiso para jugar y no fue hasta que llegó al colegio que tuvo la oportunidad de formar parte de un equipo de fútbol y participar en varias finales estudiantiles y juegos centroamericanos. Gómez también estuvo en el equipo de fútbol de la Universidad Nacional (UNA), lo que le permitió seguir jugando al fútbol mientras estudiaba.
Sin embargo, cuando estaba a punto de terminar la universidad, decidió que quería probar algo nuevo: convertirse en árbitra de fútbol, comenzó a tomar cursos de arbitraje y descubrió que le encantaba la emoción y la responsabilidad de arbitrar un partido; paralelamente se unió a un equipo de segunda división y se encontró a un gran dilema teniendo que elegir entre seguir jugando al fútbol o centrarse en su carrera como árbitra. Finalmente, eligió seguir su pasión por el arbitraje.
En su camino hacia el éxito, Gómez ha encontrado inspiración en muchas mujeres árbitras de fútbol que están haciendo historia y las personas más allegadas, «Creo que la inspiración siempre son las personas que están a mi lado apoyándome día a día no dejándome caer por más duro que sea este camino. En lo arbitral hay mujeres a nivel mundial que están haciendo historia, como lo fueron las que participaron en el mundial de Qatar 2022, también arbitras de la confederación que trabajan fuerte para lograr sus metas a pesar de las barreras que han tenido y seguimos teniendo, y no puedo dejar de lado a la referencia más cercana que es Marianela Araya, que estará en el mundial de Australia y Nueva Zelanda, ver lo que ella se esfuerza y todo lo que ha pasado para haber sido seleccionada a nivel mundial» comentó la joven de 27 años.
«Quiero seguir creciendo, aprendiendo, corrigiendo y minimizando cada error», dijo Deily. «Cada madrugada de entrenamiento, los sacrificios que se hacen día a día, cada partido, cada salida a la cancha lo hago con el objetivo de hacerlo lo mejor posible de disfrutar y de soñar en lograr llegar a los mejores torneos».
El mayor sueño de Deily es participar en una Copa del Mundo, y está dedicando todos sus esfuerzos a lograrlo. «Ser árbitra es una de las tareas más difíciles que hay, siempre sos la mala de la historia para todos, nunca le quedas bien a nadie, pero si estoy segura de que quiero quedarme bien a mí misma, trabajando fuerte con constancia, disciplina, esfuerzo y todo lo que esté a mi alcance para alcanzar mis sueños».