Aunque el torneo de la Primera División Femenina sigue en marcha, la incertidumbre aún es protagonista. Tras los problemas económicos que amenazaban con detener el campeonato después de la Jornada 7, se emitió un comunicado oficial confirmando la decisión de continuar, pero no sin dejar muchas preguntas en el aire.
La UNIFFUT, FCRF y los clubes acordaron seguir el presente torneo, pero el panorama sigue siendo incierto. No han llegado nuevos patrocinios, una pieza fundamental para la estabilidad financiera de los equipos, y el futuro de muchas jugadoras y clubes siga pendiendo de un hilo. Hasta el momento, no se ha informado si UNIFFUT cuenta con un plan de trabajo a largo plazo que ayude a aliviar la crisis que afecta al fútbol femenino. Tampoco se ha mencionado si habrá un torneo de Alto Rendimiento en el futuro próximo, lo que genera preocupación sobre la continuidad del desarrollo de las jugadoras jóvenes.
La falta de claridad en torno a los recursos financieros y la ausencia de un plan estructurado por parte de las autoridades mantiene la sensación de fragilidad. Los equipos siguen compitiendo, pero con la constante preocupación de si podrán terminar la temporada y de qué pasará más adelante si no se encuentran soluciones prontas.