La pasión por el arbitraje: La historia de Marianella Araya

La pasión por el arbitraje de Marianella Araya es una historia inspiradora que demuestra cómo con determinación y dedicación se pueden cumplir los sueños y metas.

Desde niña, siempre le gustaron los deportes y en especial el fútbol, pero nunca pudo jugar en equipos debido a que en aquel entonces no era común ver equipos de mujeres. Sin embargo, eso no la detuvo de seguir viendo los juegos de fútbol con su padre y preguntándole acerca de las decisiones que tomaban los árbitros.

Fue entonces cuando, a los 15 años, viendo un partido de fútbol, Marianella se dio cuenta de que no había mujeres árbitros y decidió que quería ser una. «Ya tenía esa ‘espinita’ con el tema arbitral desde niña, y cuando decidí decírselo a mi papá, él dijo que sí, claro, averigüemos cómo puedes llevar el curso. Ahí me terminó de motivar para empezar en la carrera arbitral», comentó Araya.

A lo largo de su carrera, Marianella ha encontrado inspiración en grandes figuras del arbitraje, como Don Carlos Batres y Pierluigi Collina, cuya personalidad y manejo de los jugadores han sido una fuente de admiración para ella. «Al nivel arbitral siempre me gustó el trabajo, la gran personalidad y el manejo de jugadores de Don Carlos Batres, por supuesto Pierluige Collina, que sin duda ha sido el mejor árbitro en la historia», afirma.

La motivación diaria de Marianella es su hijo Santiago, de tres años, a quien busca enseñarle que con esfuerzo y dedicación se pueden alcanzar los sueños y metas. «Mi mayor motivación es mi hijo Santiago, entreno y trabajo para que él aprenda que para cumplir los sueños y metas hay que esforzarse todos los días, y que a pesar de la adversidad siempre hay personas que creen en uno», dice.

Ser la primera árbitra costarricense en participar en un mundial mayor es un gran logro para Marianella, pero también significa una gran responsabilidad. Para ella, es una oportunidad para representar a su país de la mejor forma posible y demostrar que el arbitraje femenino también tiene que ir en el camino de la profesionalización.

«Ser la primera costarricense como árbitro en ir a un mundial mayor es un sentimiento de mucha responsabilidad, de representar el país de la mejor forma a ese nivel tan exigente. Es mostrar que así como ha evolucionado el fútbol femenino en el país, el arbitraje también tiene que ir en ese camino, de buscar la profesionalización. Y definitivamente que los sueños se pueden cumplir, pero para ello hay que trabajar todos los días, no hay días feriados, festivos, hay que dar más del 100% para poder competir al nivel tan exigente de FIFA», comenta Araya.

A nivel personal, Marianella espera seguir creciendo en su carrera arbitral, consolidarse en la primera división masculina en el ámbito nacional y dirigir más partidos internacionales masculinos. «A nivel internacional, espero hacer un buen trabajo en el mundial mayor y poder asistir a unas Olimpiadas y poder estar en otro mundial mayor. Así como poder dirigir partidos internacionales masculinos. A nivel nacional algún día poder consolidarme en primera división masculina, que sea normal ver mi nombre en las designaciones . Que en el tema de nombramientos me vean igual que el resto de los compañeros».