Rebeca Mora: resiliencia, fortaleza e inspiración.
La elegimos como nuestra campeona y luchadora para conmemorar el 19 de octubre, Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama.
“El cáncer me enseñó a valorar cada instante y a no rendirme nunca”.
En el deporte, hay historias que valen más que cualquier trofeo. Historias que no se miden en goles ni en finales, sino en valentía, resistencia y fe. La de Rebeca Mora es una de ellas.
Árbitra nacional, profesional íntegra y mujer de carácter, Rebeca enfrentó una batalla que no se juega en una cancha: el cáncer de mama. Durante un año y medio estuvo alejada del fútbol playa y sala, no por decisión, sino por los tratamientos que le impedían exponerse al sol. Sin embargo, lejos de rendirse, se preparó en silencio para el momento más esperado: volver.
Y el regreso llegó como regresan las grandes: con autoridad, compromiso y corazón. En la jornada 5 y 6 del Campeonato Femenino de Fútbol Playa de Primera División en meses anteriores, Rebeca volvió a tomar el silbato, dirigiendo el duelo entre Dimas Escazú y Valencia BS. Más allá del marcador, lo que quedó grabado fue su ejemplo: cuando el corazón no se rinde, la cancha siempre espera.

Una guerrera de la vida
Rebeca no solo es árbitra. Es símbolo de coraje. Porque vencer el cáncer no es solo una batalla física; también es una lucha emocional y espiritual. Ella lo ha dicho con convicción:
“El cáncer me enseñó a valorar cada instante y a no rendirme nunca”.
Quienes la conocen destacan su energía, su humildad y su capacidad de inspirar sin necesidad de alzar la voz. Su historia grita esperanza cada vez que camina, silbato en mano y mirada firme.
Reconocimiento merecido
Por su lucha y su ejemplo, Rebeca fue homenajeada anteriormente con una placa conmemorativa entregada por Ana Grace Zamora, secretaria del Comité Ejecutivo de LIFUTSAL, en un acto emotivo que subrayó su valentía.
«Vencer el cáncer no es solo una batalla física, también es una lucha emocional y espiritual, y Rebeca es un ejemplo de cómo levantarse y seguir adelante», expresó Zamora.

Más que un regreso deportivo
El suyo no es solo un retorno a las canchas; es una lección de vida. Representa a tantas mujeres que han tenido que pausar sus sueños, sanar, llorar, reconstruirse… y luego volver más fuertes. Rebeca nos recuerda que las adversidades no nos definen; lo que nos define es la forma en que decidimos enfrentarlas.
Gracias, profe. Por no rendirte. Por inspirar. Por volver.
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