Un año de silencio: la gestión de Jenni González en UNIFFUT

Ha pasado un año desde que Jenni González asumió como presidenta de UNIFFUT, tras la salida de Víctor Alfaro, quien ahora funge como fiscal. Desde entonces, lejos de avanzar, el fútbol femenino costarricense ha sufrido retrocesos alarmantes.

Saprissa abandonó el torneo, TD Más dejó de transmitir los partidos debido al desorden institucional y tampoco parece que vayan a volver esto afecta las arcas económicas de los clubes, además estuvo a punto de perderse el patrocinio de Aguas Well, por la incapacidad de conciliar con los clubes.

Además, nuestras fuentes nos revelaron que UNIFFUT no entregó los reportes necesarios al ICODER para la rendición de cuentas, lo que provocó la pérdida de ₡18 millones destinados al desarrollo del fútbol femenino. Una cifra dolorosa en un ecosistema que ya de por sí vive al límite.

A esto se suma una denuncia por acoso laboral contra la presidenta, interpuesta por empleados administrativos que señalan gritos, malos tratos y humillaciones como parte del ambiente interno.

En términos de planificación, no se ha presentado ningún plan estratégico para el desarrollo del fútbol femenino. Las promesas quedaron en el aire, y los llamados de atención han sido ignorados. Nosotros mismos solicitamos una declaración el 22 de enero de 2025 a las 9:38 p.m., y hasta el día de hoy, no ha habido respuesta.

El silencio no es neutral. Cuando una institución decide callar ante el caos, opta por una postura política y comunicativa clara: evitar la rendición de cuentas y desgastar a la prensa mediante el hermetismo. Es una forma de censura pasiva que convierte a la comunicación en un mecanismo de control, y no en una herramienta de gestión.

Además, han pasado casi seis meses y los torneos siguen en pausa. La Primera División aún no ve una luz acerca de cuándo arrancará.
𝗡𝗮𝗱𝗮 𝗮𝗿𝗿𝗮𝗻𝗰𝗮, 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗮𝘃𝗮𝗻𝘇𝗮, 𝘆 𝗹𝗮 𝗶𝗹𝘂𝘀𝗶ó𝗻 𝗽𝗼𝗿 𝘃𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗼𝗴𝗿𝗲𝘀𝗼 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗳ú𝘁𝗯𝗼𝗹 𝗳𝗲𝗺𝗲𝗻𝗶𝗻𝗼 𝘀𝗲 𝗱𝗲𝘀𝘃𝗮𝗻𝗲𝗰𝗲 𝗰𝗼𝗻 𝗰𝗮𝗱𝗮 𝘀𝗲𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝗮𝘀𝗮.
Y si algo ha quedado claro, es que los avances brillan por su ausencia. Ni un anuncio esperanzador, ni un movimiento real que indique que el fútbol femenino está en la agenda de los responsables.

Y aunque suene odioso, feo, incluso hasta extraño, hay que decirlo con todas sus letras: en la gestión anterior, que estuvo tantos años seguidos, esto no pasaba.

Hoy, el panorama es más sombrío que hace un año. Las denuncias crecen, las oportunidades se pierden, y la esperanza de una estructura sólida para el fútbol femenino se desvanece

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Bachiller en Periodismo. Cursando Lic en Comunicación de Masas. Especialista en Cobertura de Fútbol Femenil. Graduada de Somos Versus en Universidad Anáhuac MX En coberturas con Enfoque de Género. Más de 10 años de experiencia