Desde Talamanca a Pococí, y al Parque de los Príncipes: Sheika Scott y una historia de ensueño

Sheika Scott está a punto de vestir los colores del Paris FC y sumarse al fútbol de élite europeo. Pero antes de los estadios con miles de personas, antes del Mundial Sub-20 y antes de ser reconocida como una de las promesas más grandes del planeta… Sheika era una niña de Talamanca, con sueños tan grandes como el lugar que la vio nacer. Y fue Pococí, su hogar futbolístico, el lugar que la abrazó, que la entrenó en pandemia, que la impulsó al estrellato.

¿Existiría Sheika sin Pococí? No lo sabemos, lo que sí podemos entender es que para Scott todo empezó en Municipal Pococí. Fue allí, en plena pandemia, donde el sueño europeo comenzó a gestarse con la misma naturalidad con la que ella toca un balón.

“Sheika tiene dos cosas que la hacen única: no tiene miedo y nunca falta a entrenar. Para ella, todos los rivales tienen el mismo tamaño, ya sea en Margarita de Talamanca o en el Parque de los Príncipes”, destaca Jimmy Núñez con orgullo.

Pococí no solo formó a Sheika. Ha sido cantera fértil y exportadora de talento para el fútbol femenino costarricense, generando jugadoras que han vestido camisetas de primera división como Dimas Escazú, Saprissa, Moravia, Pérez Zeledón y Alajuelense. Una estructura sólida, una metodología de formación exigente y un amor profundo por el deporte han convertido al cantón en uno de los motores del desarrollo del fútbol femenino nacional.

“Cumplimos a cabalidad con producir jugadoras y prepararlas bien para que den el salto a otros equipos”, explica Jimmy, convencido de que el legado apenas comienza.

Sheika Scott, quien hoy firma por el Paris FC, es la cara visible de esa siembra paciente. Su talento brilla en las canchas europeas, pero su carácter, disciplina y entrega se moldearon en casa… en Pococí.

Porque todo lo grande empieza por algo pequeño. Y en Pococí, ya lo saben: formar es trascender.